Siempre es una buena noticia que la Sociedad Extremeña de Arqueología y Patrimonio (en adelante, SEdAP) llame sea la hora que sea. Esa llamada siempre es anunciadora de un nuevo reto: el de confeccionar y llevar a cabo una nueva ruta, casi siempre fuera de los destinos y los discursos habituales. En este ocasión la asociación de Guías-Historiadores de Extremadura (en adelante, GHEx) y la SEdAP prepararon una visita cultural de día completo a las localidades de Medellín y Don Benito, tan cercanas y tan distantes a la vez.

Con la exquisita puntualidad habitual comenzamos por la mañana la ruta en Medellín, casi tres horas de disfrute de una villa repleta de patrimonio e historia. Una vez que se realizó la puesta en contexto de la evolución del municipio se pasó a explicar lo más relevante de la arquitectura local: el puente barroco, las diferentes iglesias, fragmentos de murallas… pero lo mejor estaba esperando en la cima y las faldas del cerro. Así, tanto el castillo como el teatro romano hicieron las delicias de los asistentes y también del guía.

En el descenso de la parte alta no se dejó de contemplar las monumentales obras de sustentación del foro de la antigua Metellinum y, sobre todo, de los infortunados restos de la casa solariega de Hernán Cortés, el más conocido y posiblemente importante de todos los metelinenses, de quien se habló con detalle, marcando con esto el punto y aparte de la visita.

Ya por la tarde nos esperaba Don Benito, antigua aldea de Medellín y capital económica de la comarca que la circunda, con merecida fama de pueblo rico e industrioso. Justamente esta pujanza en tiempos recientes hizo que sobrepasara a su antigua metrópolis -además de las desgracias decimonónicas de esta última que la postraron como localidad- y se creara un interesante conjunto de edificios poco frecuentes de ver en nuestra tierra, con una inspiración puramente modernista que contrasta enormemente con el clasicismo de lo poco que subsiste de las escasas construcciones que se remontan más allá del siglo XIX.

Ciertamente fue una grata experiencia para todos, conociendo y comprendiendo los avatares históricos que auparon o hundieron a dos ciudades a menudo desconocidas incluso para quienes viven en su mismo entorno. Muchas gracias por todo a quienes nos acompañaron por su apoyo, interés, preguntas y amabilidad. Sin ellos continuar con nuestro proyecto sería más complicado a buen seguro. Sabéis que aquí nos tenéis para todo lo que necesitéis, amigos. Hasta la próxima.