Valle del Jerte

ITINERARIO

Programa de nuestra visita

MEDIO DÍA

El Valle del Jerte, comarca situada en el noreste de la provincia de Cáceres, es mundialmente conocido por el “oro rojo”, la cereza, y la floración de su árbol. El cultivo lo miman municipios trufados de extraordinarios conjuntos arquitectónicos, declarados y protegidos, emplazados en un paisaje natural único que Guías-Historiadores de Extremadura quiere descubrirte.

Nos adentraremos en nuestra visita guiada en Cabezuela del Valle y Tornavacas, pueblos con reminiscencias de tiempos medievales plasmadas en construcciones eclesiásticas de mérito, casas solariegas y arquitectura tradicional. Rememoraremos la vida y la obra de personajes ilustres oriundos de la comarca y visitantes de renombre del calado del emperador Carlos V, que buscó cobijo en el valle antes de recalar en el monasterio de Yuste. Y conoceremos leyendas y fiestas populares transmitidas de generación en generación como patrimonio inmaterial de la zona.

En ningún momento perderemos de vista la vasta riqueza natural que se prolonga en el eje vertebral del valle, con el río Jerte que discurre a sus pies. Sierras abruptas y quebradas que nos acompañarán todo el camino. Con un ambiente especial si el viaje se realiza durante los meses de primavera, cuando el manto blanco de los cerezos en flor se derrama por las terrazas de sus laderas, o en la otoñada, cuando los tonos ocres de esta estación tiñen con luz propia la caída de la hoja, la solana y la umbría.

DÍA COMPLETO

Con más tiempo, remontaremos laderas y serpentearemos senderos para alcanzar terrazas y paisajes señeros del Valle del Jerte. Lugares exuberantes por sus vistas panorámicas, como el mirador del puerto de Tornavacas, donde nace el río que da nombre a la comarca y donde se avistaban año tras año los rebaños trashumantes de la Mesta castellana procedentes de Ávila. O rincones en los que el agua es la protagonista de un entorno frondoso madurado entre robles, frenos y alisos, como la cascada del Caozo, donde el torrente se precipita desde una altura de treinta metros sobre una pared pulida de granito.