No se puede entender Extremadura pasando por alto los cinco siglos en que esta región formó parte de al-Andalus. Es más, el mismo corónimo – Strematura, siglo X – tiene su origen en la condición fronteriza que esta parte occidental de la península Ibérica, del Duero al Tajo y al Guadiana, mantuvo durante la Alta y Plena Edad Media (siglos VIII-XIII) entre dos mundos política y culturalmente diferenciados: el cristiano y el musulmán.
De aquel tiempo fronterizo – islámico en su parte extremeña -, un notable patrimonio histórico conocido: las alcazabas de Mérida, de Trujillo, de Badajoz y otras muchas fortificaciones; el recinto amurallado almohade y aljibe de Cáceres; manifestaciones culturales mudéjares y moriscas en Hornachos, Magacela y otras partes de las provincias cacereña y pacense; etc. Sin embargo, en la región extremeña también existe un patrimonio andalusí – arqueológico – mucho más desconocido. Y buen ejemplo de ello es el yacimiento de Albalat (Romangordo, Cáceres).
Aunque el origen de este enclave estratégico sobre el río Tajo se remonte al siglo X, de cuando datan sus primeras apariciones documentales (ḥisn Majādat al-Balāt, “castillo o plaza fortificada del vado de la vía”), los trabajos arqueológicos desarrollados bajo la dirección de Sophie Gilotte desde 2009 han sacado a la luz principalmente restos de su último periodo de vida, la primera mitad del siglo XII (etapa almorávide). En la actualidad Albalat es el único yacimiento de época almorávide en excavación en España, de ahí su importancia arqueológica a nivel peninsular.
Todos estos años de excavación y estudio de los restos de Albalat han dado como resultado el mejor conocimiento de las gentes musulmanas que poblaron la frontera extremeña en un momento en que los cristianos de León y Castilla presionaban la cuenca del Tajo. Sus viviendas y ajuar cotidiano (tinajas, ataifores, candiles, jarrito de vidrio, útiles metálicos, etc.), sus actividades económicas (ganadería, pesca, artesanía, comercio), sus manifestaciones culturales (alquerques, piezas de ajedrez, talismanes, restos de arqueta, inscripciones, monedas, etc.) o su carácter militar (recinto amurallado, armas, proyectiles, etc.) nos permiten hoy comprender aquellas sociedades que nos precedieron y el desarrollo histórico de nuestro territorio.
Los restos materiales del yacimiento arqueológico de Albalat, después de ser exhibidos en París y Rabat, llegaron por fin al Museo de Cáceres el pasado mes de julio y continuarán expuestos en el mismo hasta finales de este mes de septiembre. La exposición AL-BALĀT, VIDA Y GUERRA EN LA FRONTERA DE AL-ANDALUS, es una ocasión única para poder disfrutar del legado islámico de Extremadura, ya que, a la espera de la rehabilitación del museo provincial cacereño, no existe ninguna sala dedicada al periodo andalusí extremeño, amén del extraordinario aljibe almohade.
Aprovechando la coyuntura, desde Guías-Historiadores de Extremadura hemos organizado para el sábado 23 de septiembre un viaje arqueológico a Romangordo, con salida desde Cáceres, para realizar una visita por el yacimiento de Albalat acompañados del mismo equipo de excavación, que se encuentra desarrollando durante todo el mes la campaña de excavaciones de 2017. Asimismo, y para aquellos que estén interesados, el domingo 24 de septiembre existe la posibilidad de realizar una visita, igualmente guiada, a la interesantísima muestra que se expone en el Museo de Cáceres, como perfecto complemento a la visita a la excavación.