Diez diócesis españolas han celebrado el 19 de octubre el Día Internacional de las Catedrales de una forma original. Con motivo de este día, abrían sus puertas para celebrar «El atardecer de las catedrales». Una jornada para contemplar el ocaso desde las inmejorables vistas que prestan sus cubiertas y campanarios. Como edificios señeros que son en el urbanismo de sus ciudades, se ha conseguido al mismo tiempo acercar a los ciudadanos el enorme legado artístico y religioso que atesoran.

El lema #El AtardecerDeLasCatedrales es el que ha unido en las redes sociales esta iniciativa conjunta. La propuesta se publicaba con días de antelación por estos medios para todas las personas interesadas, a modo de sorteo. Todo a fin de garantizar el aforo limitado y la mejor organización y experiencia de los agraciados. Así lo consideraban oportuno sus promotores y así se ha celebrado en la Concatedral de Santa María de Cáceres, uno de los diez templos en los que se han vivido estos atardeceres mágicos.

Para la ocasión, la Concatedral de Cáceres ha solicitado la colaboración de Guías-Historiadores de Extremadura y con todo el ánimo y la amabilidad del mundo hemos accedido. Convencidos del poder de la cultura, nuestro compañero Carlos Marín ha acompañado a los premiados en el interior del templo. Primero, en las naves de la Concatedral para conocer de cerca su arquitectura y las capillas y sepulcros de la nobleza cacereña. Seguidamente, en los contornos del altar mayor, para observar al detalle el extraordinario retablo plateresco que lo preside. Para terminar, en la subida al campanario renacentista y la interpretación de las vistas panorámicas; un magnífico horizonte de 360º desde el que contemplar esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Adjuntamos a continuación una galería de fotografías de la jornada y repartimos los agradecimientos. A nuestros acompañantes, por sus atenciones y simpatía durante el recorrido. A la Concatedral de Santa María, por la oportunidad prestada para ahondar en la divulgación cultural. Y a Marta y Enrique, responsables de la organización ese día, por el buen trato personal dispensado en todo momento.