Por tercer año consecutivo Guías-Historiadores de Extremadura, a través de nuestro compañero Antonio Cancho Sierra, ha dado a conocer Cáceres a los propios cacereños, tanto de nacimiento como de adopción, con una visita guiada gratuita. En esta ocasión la ruta varió substancialmente tanto en recorrido como en contenido con respecto a la de los años anteriores. Así, en lugar de centrarse en mostrar la parte moderna de la ciudad a sus habitantes nuestro compañero quiso descubrirles los cambios estéticos que han ido sucediéndose en la zona intramuros.
La visita principió en la plaza del obispo Galarza, un nombre por el que a menudo se preguntan muchos cacereños sin saber que antes del aparcamiento actual – y del mercado de abastos que todavía muchos recuerdan – se ubicaba en el mismo solar un imponente edificio cuya función era la de seminario conciliar. Precisamente su construcción fue ordenada por el obispo Pedro García de Galarza y de ahí su nombre.
Se atravesó desde el punto de inicio por la calle Alzapiernas, de reciente reforma, hasta la Plaza Mayor, la bisagra urbanística entre el Cáceres antiguo y el moderno, objeto de múltiples modificaciones a lo largo del tiempo, que le han ido haciendo perder y ganar elementos. De entre los primeros, destaca el mercado de abastos de un marcado estilo art decó firmado por el arquitecto Ángel Pérez; de entre los segundos, cabe resaltar las casas consistoriales. A través del arco de la Estrella, hito constructivo del siglo XVIII cacereño, cuyo peculiarísimo y original diseño, a cargo de Manuel de Larra Churriguera, fue fruto de la necesidad práctica de facilitar el paso de carruajes. Entrando al recinto amurallado, como si fuéramos precisamente uno de esos carruajes, pasamos al lado de la antigua puerta principal del ya mencionado, colocada ahí tras su derribo.
No se olvidó nuestro compañero de rememorar la también demolida puerta de Mérida, la inscripción de ‘CEMENTERIO’ que lucía en la esquina del palacio de Carvajal y las innúmeras transformaciones operadas en la iglesia concatedral de Santa María y en la plaza a la que da su nombre, donde también se hallan más restos encastrados del antiguo seminario en la portada del Palacio Provincial y del antiguo edificio del Ministerio de Fomento. Quizás el epítome de todas las transformaciones más recientes se halle en la plaza de San Jorge, un espacio ocupado hasta los años 60 del siglo XX por los restos de un barrio popular, convertido tras una reforma radical en un espacio abierto y estéticamente amable para los primeros turistas que empezaban a llegar a la ciudad en la segunda mitad del siglo pasado.
Antes de finalizar la visita con las referencias a los sucesivos cambios en el palacio de las Veletas, en donde se aloja el Museo de Cáceres, se hizo un repaso al famoso desmoche de las torres de la nobleza cacereña ordenado por Isabel I y que supuso la desaparición del perfil urbano tradicional hasta entonces, un auténtico bosque pétreo que constituía todo un desafío a la autoridad real.
Concluyó así una agradable mañana en la que se fueron desgranando todos estos cambios arriba descritos y las causas para cada uno de ellos, desde el puro pragmatismo al intento de atraer turismo, pasando por las razones políticas y bélicas, todo lo cual instigó el debate en algunos momentos, siendo una actividad, por tanto, interactiva y rica en participación, rasgo fundamental de las visitas de esta asociación Guías-Historiadores de Extremadura. ¡Nos vemos el año próximo con una nueva edición para todos aquellos que no pudieron asistir en esta ocasión!