El Centro UNESCO de Extremadura es un organismo de ámbito regional con sede en Cáceres (https://www.unescoextremadura.com) que nace y se promociona con el mismo espíritu universal de la UNESCO, el de promover la ciencia, la cultura, la educación y la comunicación en el concierto internacional. Su mera existencia supone un reconocimiento a la comunidad extremeña y a lo que esta tierra aporta al Patrimonio Cultural del mundo. Amparado en estos resortes, el Centro UNESCO de Extremadura promueve actividades, reuniones y premios que sirven a sus ideales fundadores, manifestaciones entre las que cabe ubicar los Diálogos Sostenibles que desde el año 2014 se celebran en Extremadura bajo su patrocinio. En palabras de sus organizadores, los Diálogos Sostenibles son una iniciativa «que surge para ofrecer un nuevo espacio de reflexión y debate a través del diálogo entre diversas personalidades del panorama nacional o regional. La sostenibilidad vista desde el periodismo, desde la cultura, desde la ética, desde la política, desde el medio ambiente…», sometido su esquema a los cuatro ámbitos de la sosteniblidad (medioambiental, social, económico y cultural); y con ellos, «poder ir señalando cuáles son los puntos flacos de nuestra región para seguidamente ofrecer, desde cada perspectiva, cuáles son las oportunidades que tenemos y que pueden posibilitar un desarrollo sostenible de Extremadura, aquellas que nos diferencian del resto o aquellas que el resto ha sabido aprovechar y nosotros no».
El jueves 22 de noviembre, en el Año Europeao del Patrimonio, el Centro UNESCO de Extremadura ha querido centrar sus Diálogos Sostenibles de 2018 en uno de los enclaves que más valor patrimonial atesora en la región: la cueva de Maltravieso. No en vano, resulta sorprendente comprobar cómo una cavidad ubicada en el propio casco urbano de Cáceres, con muestras de pinturas rupestres cuyas recientes y revolucionarias dataciones les han ofrecido una antigüedad de al menos 66.000 años (el ejemplo de arte parietal más antiguo documentado hasta la fecha), continúa hundida tanto a nivel local como más allá de las fronteras regionales en el desconocimiento de su misma existencia y en la indiferencia respecto a su recalibrado valor patrimonial. A fin de subsanar estas omisiones, el salón de actos del Museo de Cáceres fue el escenario de la mesa redonda y del debate siguiente que llevó por título «La cueva de Maltravieso: un enclave patrimonial y turístico». A la cita fueron convocadas diferentes personas vinculadas de un modo u otro a la cueva y a la razón de ser del acto en atención a las líneas maestras que las AA.PP. y la sociedad deberían trazar a fin de ubicar a Maltravieso en el lugar que le corresponde en la historia y el presente de la investigación prehistórica.
Moderado el debate por Juan Manuel Valadés Sierra, Director del Museo de Cáceres (del que depende el Centro de Interpretación de la cueva de Maltravieso), Alfonso Callejo Carbajo, escritor, investigador y divulgador de la cueva con numerosos trabajos dedicados a la causa, fue quien abrió el acto para extender una panorámica sobre la historia del descubrimiento y de los derroteros por los que la cavidad ha transitado hasta nuestros días. José Julio García Arranz, profesor del Departamento de Arte y Ciencias de Territorio de la Universidad de Extremadura, tuvo a bien contextualizar la cueva y sus muestras de arte parietal en el conjunto de ejemplos que pueblan la Península Ibérica. Marcos García Díez, profesor de la Universidad Internacional Isabel I de Castilla (Burgos) y coautor del estudio que ha redatado las pinturas rupestres, reflexionó sobre el impacto de la publicación en la comunidad científica y cuáles deberían ser a su juicio los pasos de los agentes sociales implicados en la gestión de la cueva. La intervenciones de la mesa redonda finalizaron con las reflexiones que nuestro socio Carlos Marín compartió con los asistentes (un nutrido aforo que apenas dejaba ver sillas libres) a tenor del potencial turístico que Maltravieso, como recurso cultural que es, puede o no puede llegar a tener.
Las opiniones de nuestro compañero Carlos Marín se movieron de lo general a lo particular. Desde los conceptos y las definiciones de desarrollo sostenible, Patrimonio Cultural, turismo y turismo sostenible que estipulan la UNESCO y la Organización Internacional del Turismo (como ejes de la intervención que le seguiría) hasta los pilares que a su juicio, pautados en grupo con los objetivos y fines de nuestra asociación, deberían sustentar la gestión integral de la cueva de Maltravieso en lo venidero. Cimientos de un edificio para la gestión integral que habrán de pasar por la reinterpretación de la cavidad a la luz de la revolucionaria datación (Maltravieso como parte del paisaje cultural de una ciudad que no se entiende sin El Calerizo y la Ribera del Marco), su conservación (es de sentido común garantizar la preservación de su milenario legado), el trabajo conjunto de investigación-divulgación (un binomio al que desgraciadamente no siempre se le presta iguales atenciones) y finalmente y siempre que las cláusulas antedichas lo toleren la definición de Maltravieso como un recurso cultural y turístico, siempre a la par, para el conocimiento pleno de su importancia por parte de la sociedad.
Abierto el debate al público asistente, las preguntas, los interrogantes y las respuestas sobrevolaron el salón de actos del Museo. Sus intervenciones, que fueron manifestadas y discutidas con los integrantes de la mesa, redundaron en las posibilidades que existen para abrir la cueva a la investigación científica tras su cierre hace unos años; su apertura a la sociedad, bien al cacereño, bien al turista, sumando así Maltravieso al conjunto de recursos culturales y turísticos de los que Cáceres ya dispone; y las urdimbres que habrán de tejerse entre lo publico y lo privado para satisfacer la demanda de reconocimiento unánime que la cavidad espera de todos nosotros.
Valgan estas palabras como agradecimiento al Centro UNESCO de Extremadura por habernos invitado a la mesa redonda y por la organización del acto, así como a todos los asistentes al mismo, donde la cueva de Maltravieso ha escrito una página más de su historia, su presente y su futuro.