Hace tres años casi exactamente nuestro compañero Antonio preparó con detalle y realizó una ruta que oficialmente se tituló El Cáceres que fue y ya no es pero que algunos rebautizaron como El Cáceres inventado. La idea era dar a conocer al ciudadano cacereño los cambios estéticos y arquitectónicos que se habían ido produciendo en la historia reciente de la parte antigua de la ciudad, así como las motivaciones que existieron para dichas modificaciones.

La situación que se daba en ese momento, con severas restricciones de todo tipo a cuenta de la declaración de pandemia, hizo complicada la organización de la visita guiada y -lo peor- imposibilitó que asistieran a la misma muchos de quienes habitualmente acuden a nuestras actividades culturales. Desde entonces habíamos ido recibiendo cada cierto tiempo peticiones de repetir la ruta cuando fuese posible y, como nos debemos a nuestro fiel público, finalmente decidimos volverla a llevar a cabo el pasado domingo 7 de enero por la mañana.

Comenzar en la plaza de obispo Galarza fue la mejor presentación posible del espíritu del recorrido que planteamos, pues en ella se dio uno de los casos más notables de transformación urbana, con el derribo del antiguo y monumental seminario renacentista cuya construcción ordenó el prelado antedicho, tras haber pasado por numerosos cambios de función, para levantarse en su lugar un fallido mercado de abastos que a su vez se demolió tanto por sus carencias propias como por aliviar con un aparcamiento público la presión del tráfico que tenía la zona.

A partir de ahí siguieron todo tipo de actuaciones urbanísticas, desde las mínimas como el cambio de posición de los elementos heráldicos de un blasón hasta las de gran envergadura como la reformulación integral del espacio que actualmente es la plaza de San Jorge. Algunas eran ya conocidas básicamente por los asistentes, pero la mayoría dejaron pasmada a la mayoría de ellos, ya que muchos daban por sentado la antigüedad centenaria de fachadas, escudos y torres pero que en realidad resultan tener no más de pocas décadas.

Fue, en definitiva, una mañana llena de sorpresas y de comentarios al respecto de las explicaciones, los cuales agradecemos a quienes tuvieron a bien acompañarnos y a los cuales emplazamos a estar muy atentos a nuestras vías de comunicación en tanto que próximamente habrá más actividades de divulgación histórica que a buen seguro les resultarán de interés.